Heraldos del Evangelio

¿Quiénes somos?

Los Heraldos del Evangelio  son una Asociación Internacional de Derecho Pontificio, acontecimiento que se realizó por ocasión de la fiesta litúrgica de la Cátedra de San Pedro el 22 de febrero de 2001.
Mayoritariamente integrada por jóvenes, la Asociación actualmente se haya presente en más de 70 paises.
Sus miembros de vida consagrada practican el celibato y se dedican íntegramente al apostolado, viviendo en casas destinadas específicamente para hombres o para mujeres que alternan vida de recogimiento, estudio y oración.
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Finalidad

La vocación

   En los primeros artículos de sus estatutos se encuentra delineada la vocación de los Heraldos del Evangelio:

   “La Asociación tiene como fin la participación activa, consciente y responsable de sus miembros en la misión salvífica de la Iglesia mediante el apostolado, al cual están destinados por el Señor, en virtud del Bautismo y de la Confirmación.»

Carisma

Su carisma lo lleva a procurar actuar con perfección en busca de la pulcritud en todos los actos de la vida diaria, incluso estando en la intimidad, lo que está expresado en el sublime mandato de Nuestro Señor Jesucristo: “Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto” (Mt.5,48 pulcritud).  

Sociedade de Vida Apostólica Virgo Flos Carmeli

La Sociedad Virgo Flos Carmeli es una sociedad clerical de vida apostólica, fundada por Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP, quien recibió la aprobación pontificia de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica el 21 de abril de 2009.

Los sacerdotes y diáconos de la Sociedad visten túnica, cuello y mangas clericales marrones, lo que denota su condición de miembros de la Sagrada Jerarquía; así como las llaves pontificias del escapulario, como signo de unión afectiva y efectiva con la Cátedra de Pedro.

Sociedade de Vida Apostólica Regina Virginum

Regina Virginum es una Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio cuyas hermanas asumen los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia a través de votos privados. Inicialmente estuvo integrado por algunas mujeres jóvenes dispuestas a llevar una vida fraterna en común bajo el signo de la caridad, para vivir mejor la espiritualidad según su propio carisma y propósito. La Sociedad reconoce a Mons. João Scognamiglio Clá Dias como fundador, inspirador y guía.

El Hábito

Así como el amor al prójimo sólo se demuestra mediante acciones exteriores, de la misma manera la fe debe ser manifestada por los actos (St 2, 14-18), y – por consecuencia – exteriorizarse.

Bien conscientes de que Jesús exige de sus discípulos una posición unívoca (Mt 5, 37), contraria a las solas apariencias hipócritas de los fariseos (Mt 23, 27), pero que debe ser manifestada públicamente como medio de evangelización (Mt 5, 16), los Heraldos del Evangelio desearon modelar todos los aspectos de su vida al gran ideal al cual se han entregado.

Tal como explica la Exortación Apostólica Vita Cosacrata del Bto. Juan Pablo II: “Dentro de una época con frecuencia tan secularizada y sin embargo sensible al lenguaje de los signos, la Iglesia debe preocuparse de hacer visible su presencia en la vida cotidiana.”

Además, “el hábito es señal de consagración”, y así podrá ayudar a “convertirse en un signo verdadero de Cristo en el mundo.”

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Cooperadores

Otra categoría de miembros son los Cooperadores, los que “aunque se sientan identificados con el espíritu de la Asociación, no pueden comprometerse plenamente con los objetivos de ella por sus compromisos sacerdotales,  o por sus deberes matrimoniales o profesionales”, dice en los Estatutos.

Laicos, casados o solteros que viven totalmente en el mundo, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, laicos de vida consagrada o miembros de otras de otras asociaciones o movimientos apostólicos, se esfuerzan por vivir en conformidad con el carisma y la espiritualidad de la Asociación, dedicando a ella su tiempo libre y comprometiéndose a cumplir ciertas obligaciones.

El Fundador

Mons. João Scognamiglio Clá Dias es natural de S. Paulo, Brasil, habiendo nacido el 15 de agosto de 1939. Sus Padres, Antonio Clá Dias y Annitta Scognamiglo Clá Dias, constituían una familia de inmigrantes europeos (el padre era español, originario de Cádiz y la madre italiana es natural de Roma) en la cual la fe católica heredada de sus mayores era todavía muy viva.

Ese vigor de la fe se manifestó desde temprano en el joven João, ya que desde los bancos escolares procuraba organizar con sus colegas un movimiento para dar a los jóvenes una orientación virtuosa de la existencia. Hizo parte activa de las Congregaciones Marianas y – por invitación de un profesor- ingresó el 23 de mayo de 1956 en la Orden Tercera del Carmen de los PP. Carmelitas de la antigua observancia, en la misma ciudad de S. Paulo, hecho que le marcó su vida.

Hizo sus estudios secundarios en el Colegio Estatal Roosevelt y de Derecho en la Facultad del Largo de São Francisco de S. Paulo. Durante el tiempo de sus estudios superiores se destacó como activo líder universitario católico en los convulsionados años que precedieron la revolución de la Sorbonne en mayo de 1968.

Mons. João S. Clá Dias es Canónigo Honorario de la Basílica Pontificia Santa María Mayor en Roma, y Protonotario Apostólico. Fue graduado en Filosofía y Teología por el Centro Universitario Ítalo-Brasilero de São Paulo; Licenciado en Humanidades por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de República Dominicana; también es Maestro en Derecho Canónico del Pontificio Instituto Superior de Derecho Canónico de Rio de Janeiro.

 Su intenso deseo de dedicar la vida al apostolado en la fidelidad al Magisterio de la Cátedra de San Pedro, sumado a la viva conciencia de la necesidad de un profundo conocimiento doctrinal, lo llevó a realizar estudios teológicos tomistas con grandes catedráticos de Salamanca (España) como el P. Arturo Alonso O.P., el P. Marcelino Cabreros de Anta C.M.F., el P. Victorino Rodríguez y Rodríguez O.P., el P. Esteban Gómez O.P., el P. Antonio Royo Marín O.P., el P. Teófilo Urdánoz O.P. y el P. Armando Bandera O.P.; como demostración de profundo agradecimiento con sus maestros, divulgó años después las biografías de varios de ellos con ediciones en España y los Estados Unidos: “Antonio Royo Marín, maestro de espiritualidad, brillante predicador y famoso escritor ”, “P. Cabreros de Anta CMF, firme pilar del Derecho Canónico en nuestro siglo”.

Viendo que la música sería un eficaz medio de evangelización, perfeccionó sus conocimientos con el reconocido maestro Miguel Arqueróns, regente de la Coral Paulistana del Teatro Municipal de São Paulo.

Su anhelo de perfección lo condujo en 1970 a iniciar una experiencia de vida comunitaria en un antiguo inmueble benedictino de São Paulo. De sus primeros compañeros ninguno perseveró. Sin embargo, tras numerosas dificultades, aquella experiencia adquirió solidez, dando origen al movimiento de evangelización dirigido por Mons. João Clá. Se multiplicaron ,a partir del foco originario, casas de vida comunitaria donde sus miembros se dedican a la oración y al estudio, como preparación para la acción evangelizadora. Jurídicamente tomó la forma de una Asociación Privada de Fieles, Heraldos del Evangelio en la diócesis de Campo Limpo (Brasil).

Y como consecuencia de su instalación en otros 20 países fue reconocida por el Pontificio Consejo de Laicos el 22 de febrero de 2001 como una Asociación Internacional de Derecho Pontificio, que hoy extiende sus actividades a 70 países en los cinco continentes. Poco tiempo después el Vicariato de Roma confió a los Heraldos del Evangelio encargarse de la iglesia San Benedetto in Piscínula.

Mons. João Clá Dias es el fundador de los Heraldos del Evangelio. Organizó también la rama femenina de los Heraldos, a la cual aplicó -de manera semejante pero separada de la rama masculina- el ideal de vida comunitaria como medio para alcanzar la santidad y preparase mejor para la misión evangelizadora. De esta rama femenina de los Heraldos, nació más tarde la Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio Regina Virginum que fue erigida canónicamente en la diócesis de Campo Limpo por Mons. Emilio Pignoli y reconocida como Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio el 4 de Abril de 2009 por S. S. Benedicto XVI.

Para la formación intelectual y doctrinal de los Heraldos del Evangelio Mons. João Clá fundó el Instituto Filosófico Aristotélico-Tomista (IFAT) y el Instituto Teológico Santo Tomás de Aquino, para la rama masculina, y el Instituto Filosófico-Teológico Santa Escolástica para la rama femenina.

 

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El deseo de una mayor entrega al Señor y a los hermanos, llevó a Mons. João Clá a prepararse para el ministerio sacerdotal junto con algunos de sus compañeros. Siendo la Orden del Carmen uno de los remotos orígenes de los Heraldos del Evangelio, Mons. Lucio Angelo Renna prelado carmelitano Obispo de Avezzano (Italia) en su momento, fue quien acogió los primeros sacerdotes de esta Asociación. Todos fueron ordenados presbíteros junto con Mons. João Clá el 15 de junio de 2005 en la Basílica del Carmen donde 50 años atrás éste comenzara sus actividades al servicio de la Iglesia y de sus hermanos. La ceremonia de ordenación fue honrada con la presencia del Cardenal Mons. Claudio Hummes, siete obispos y setenta sacerdotes que concelebraron.

Estos primeros sacerdotes Heraldos constituyeron la Sociedad Clerical de Vida Apostólica de Derecho Pontificio Virgo Flos Carmeli, que fue eririgida por el propio Mons. Renna, Obispo de Avezzano y reconocida como Sociedad Clerical de Vida Apostólica de Derecho Pontificio el 4 de Abril de 2009 por S. S. Benedicto XVI. Actualmente Mons. João Clá, como fundador de Virgo Flos Carmeli, es su superior general.

En el propio ámbito de los Heraldos del Evangelio, Mons. João Clá ha organizado cerca de 50 coros y bandas musicales en los países donde aquellos trabajan. Es regente del Coro y Orquesta Internacional Heraldos del Evangelio que ya ha realizado varias giras musicales por distintos países de Europa y las Américas.

Ha escrito también obras de gran divulgación (algunas llegando a sobrepasar el millón de ejemplares) publicadas en portugués, español, inglés, italiano, francés, polaco y albanés: “Fátima, aurora del tercer milenio”, “Fátima, Por fin mi Inmaculado Corazón Triunfará”, “El Rosario, la oración de la paz”, “Sagrado Corazón de Jesús, tesoro de bondad y amor”, “Medalla Milagrosa, 

historia y celestial promesa”, “Viacrucis”, “Jacinta y Francisco, predilectos de María”, “Oraciones para el día-día”, “Madre del Buen Consejo”, “Doña Lucilia” y “Comentarios al Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción ”.

 

Mons. João Clá es actualmente miembro de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino, de la Academia Mariana de Aparecida y de la Pontificia Academia de la Inmaculada Concepción. Fue condecorado por su actividad científica y cultural con la Medalla de Ciencias de México y distinguido con título Honoris Causa por el Centro Cultural Universitario Italo-Brasilero de São Paulo.

Es fundador y columnista habitual de la revista Heraldos del Evangelio que se publica en Portugués, Español, Italiano e Inglés con un tiraje de algo más de 700.000 ejemplares y en la cual mantiene desde el 2002 su sección “Comentarios al Evangelio”. Mons. JoãoClá también estimuló y apoyó la publicación de la revista académica “Lumen Veritatis” de la Facultad de los Heraldos del Evangelio que salió a luz en octubre de 2007 y de la cual es igualmente columnista habitual.

Para auxiliar obras de apostolados precarios Mons. João Clá creó dentro de la estructura de los Heraldos del Evangelio en Brasil el Fondo de Asistencia “Misericordia” que recolecta donaciones directas.

 

En el 2005, con su impulso y orientación inició actividades lectivas el Colegio Heraldos del Evangelio Internacional.

La construcción de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario en el Seminario de los Heraldos del Evangelio, ha sido hasta ahora su más reciente realización, y gracias a su iniciativa fue concluida la construcción del monasterio del Monte Carmelo de la Sociedad Regina Virginum.

El 15 de Agosto de 2009 el Santo Padre Benedicto XVI, cómo un reconocimiento a Mons. João Clá por toda la obra que ha desempeñado en favor de la Iglesia, entregó por manos del Cardenal Franc Rodé, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, la medalla “Pro Ecclesia et Pontifice”, una de las honras más altas concedidas por el Santo Padre a aquellos que se distinguen por su actuación en favor de la Iglesia y del Romano Pontífice.

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